miércoles, 7 de marzo de 2012

Competencias docentes y reflexiones sobre el Módulo 1

¿Qué espero aprender en los cursos de formación de profesores de lenguas extranjeras?

En primer lugar:

Cuáles son las herramientas más útiles para realizar de forma reflexiva un análisis crítico sobre la actividad docente y el desarrollo de las clases.

En segundo lugar:

Poder discernir entre los distintos sistema de evaluación y aplicar el más conveniente en cada caso.

En tercer lugar:

Llegar a plantear actividades de aprendizaje válidas y motivadoras teniendo en cuenta la diversidad cultural que pueda haber en un grupo clase.

En cuarto lugar:

Técnicas para ser más eficaz en la interacción con los alumnos.

En quinto lugar:

Ser consciente de todo aquello que funciona en el aula y lo que no y, a su vez, ser capaz de reflexionar sobre ello para solventarlo en futuras sesiones

En sexto lugar:

Ser capaz de moldear mis creencias creadas con anterioridad a través de la observación y la reflexión del mundo en el que vivo.

Competencias docentes que pienso poseo:

Conocimientos

Conocimiento del sistema formal: gramática, léxico y fonología
Conocimiento sobre la cultura y la sociedad hispana

Habilidades

Técnicas para llevar a cabo actividades y estrategias
Técnicas de gestión del aula
Capacidad de relacionarse (personas e institución)
Capacidad de expresión
Capacidad de transmitir los conocimientos
Habilidades profesionales:
Capacidad de trabajo en equipo y coordinación
Capacidad para gestionar recursos (banco, etc.)
Capacidad para poner en marcha proyectos
Habilidades interculturales:
Capacidad de relacionarse (con otras culturas)
Capacidad de mediar en situaciones interculturales
Aprender a lo largo de la carrera profesional:
Capacidad de adaptarse a los cambios
Capacidad de desarrollarse profesionalmente
Capacidad de autoformación

Actitudes

Capacidades heurísticas (observación y análisis)
Hacia los alumnos:
Respeto a la diversidad lingüística y cultural
Respeto a las diferencias individuales
Compromiso y ayuda
Conciencia
Respeto del trabajo de los demás
Actitud de colaboración
Responsabilidad en el desarrollo de su trabajo
De innovación
Adaptación al equipo y al centro
Confianza
Autoestima, autoconcepto
Reflexión y autocrítica

¿Qué me ha aportado este módulo? ¿Qué he aprendido?

En este primer módulo del curso ¿Qué es ser profesor de lenguas extranjeras? He sido capaz de conocer mi punto de partida en relación a la enseñanza de ELE. De mis experiencias pasadas como alumno de una lengua extranjera he sido capaz de reflexionar sobre los métodos de enseñanza de mis profesores y ver sus cualidades y sus defectos a la hora de impartir la docencia. Te das cuenta de la dificultad que comporta enseñar una lengua completamente nueva a un grupo heterogéneo con actitudes, aptitudes, motivaciones y formas de ver el mundo muy diferentes las unas de las otras. El profesor debe ser consciente de esta amalgama y tener las herramientas metodológicas necesarias para llevar a cabo una serie de actividades que ayuden a cada uno de los alumnos a progresar de forma adecuada en su aprendizaje de la lengua extranjera (en mi caso el japonés).

Por otro lado he conocido diversos métodos de evaluación en un aula de lengua extranjera. Las enseñanzas clásicas basaron sus metodologías en la repetición y memorización de estructuras gramaticales, de ahí que los métodos de evaluación más eficaces fueran los exámenes y los trabajos escritos. Tipologías de evaluación en las que quedaba patente si el alumno había memorizado o no aquello que el profesor había escrito en la pizarra, o había dado en fotocopias, durante las sesiones. La lengua quedaba restringida a los dictámenes de una gramática y no se tenían en cuenta aspectos del lenguaje relacionados con la realidad, con la comunicación. El nuevo método o enfoque comunicativo, surgido en los años 80, empezó a dar mucha más importancia a los aspectos pragmáticos y sociolingüísticos, en este caso del español.

Sin dejar a un lado la enseñanza de la gramática, las nuevas metodologías de la enseñanza del idioma iban encaminadas a cubrir las necesidades de comunicación reales que los estudiantes pudieran tener en su realidad diaria. De este modo, el profesor se convirtió en un elemento vehicular y dejó de ser el tótem que había sido en décadas anteriores. Los alumnos se convirtieron en los verdaderos protagonistas de la clase de lengua extranjera y el profesor, consciente de sus competencias docentes, empezó a diseñar actividades que recreaban la realidad en la que estaban inmersos tanto el lenguaje (el español) como el alumno. Actividades que eran capaces de motivar a los alumnos para que estos fueran capaces de empezar a interactuar y a mostrar sus opiniones respecto a todo lo que les interesaba o preocupaba. En este nuevo enfoque metodológico opino que los sistemas de evaluación deben dejar a un lado los exámenes más clásicos para centrarse en otros aspectos como la autoevaluación o la evaluación continuada.

Comentaba Jeremías, participante en mi grupo del curso, que tenía que presentarse a un examen de inglés. Simplemente le dieron un listado de vocabulario que aprender, memorizar y posteriormente vomitar en una hoja. Un sistema de evaluación que denota la nula implicación por parte de su profesor y que a Jeremías (a mi modo de ver) solamente le servirá para sacar una puntuación del 1 al 10. Después de ese examen todo el esfuerzo será del alumno en cuestión para recordar y poder aplicar ese vocabulario en situaciones reales y cotidianas.

En la segunda unidad formativa tomamos contacto con las creencias. EL significado de este concepto a veces difícil de definir, pero que sin embargo va intrínsecamente ligado a nuestra persona y nuestra forma de actuar con los demás. Ser capaz de dejar a un lado nuestras creencias a la hora de enfrentarnos a la docencia del español como lengua extranjera será uno de los principales retos que tendremos como profesores. Nuestros pensamientos sobre el funcionamiento del mundo, que hemos incorporado desde nuestros primeros años de formación académica y en niveles anteriores de socialización, han configurado la personalidad de cada uno. De este modo y, de forma inconsciente, las creencias que a priori pueda tener el profesor serán incorporadas a sus explicaciones y a sus prácticas. En fin, a su metodología. ¿Qué herramientas podemos utilizar los profesores para dejar a un lado las creencias intrínsecas que tenemos como individuos a la hora de afrontar nuestro papel como docentes? Será uno de los temas que me gustaría ahondar a lo largo de mi aprendizaje.

En la última unidad formativa de este módulo hemos tenido la oportunidad de conocer más a fondo todas aquellas competencias que se presupone debe poseer un buen profesor. El buen docente no es aquel que simplemente posee los conocimientos necesarios relacionados con el estudio gramatical de la lengua. Hemos aprendido que no todo el mundo es capaz de ponerse delante de una clase y enseñar una lengua. Para ello hace falta un conjunto, al que llamamos competencias docentes. Por supuesto que un buen profesor debe tener los mecanismos necesarios para transmitir todos aquellos conceptos relacionados con la gramática, el léxico, la sintaxis, la fonología de una lengua (conocimientos) pero a su vez debe poseer la capacidad para discernir entre las actividades que funcionaran mejor en un momento dado, o en un grupo u otro, dominar las técnicas necesarias para explicar cada uno de los distintos aspectos que conforman una lengua, ser capaz de conocer las individualidades de su grupo o también tener capacidad de expresión para poder transmitir de forma eficaz lo que pretende (habilidades). Finalmente, el profesor debe tener unos valores éticos cultivados (actitudes) y demostrarlos hacia sus alumnos pero también en el entorno en el que trabaja. Ser respetuoso con las individualidades y con los compañeros de profesión, tener una conciencia crítica sobre lo que pasa a su alrededor y también en el mundo, mostrar confianza y ser capaz de reflexionar de forma crítica sobre todos aquellos aspectos que tienen que ver con el desarrollo de una clase de lengua extranjera.

Si tuviera que enumerar mis puntos fuertes en relación a las competencias docentes diría:

Que tengo los conocimientos necesarios sobre la cultura y la sociedad hispana para poder transmitirlos a mis alumnos.

Tengo una gran capacidad para transmitir todo aquello que me propongo y tengo una gran disposición para trabajar en equipo.

Muestro un gran respeto por todas y cada una de las individualidades que puedan haber a mi alrededor o en una clase de lengua extranjera.


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